Exploring the human world [Artemisa, Libre]

por **Apolo** Miér Feb 24, 2010 3:37 am

De vez en cuando era necesario tomar nuestra forma humana para poder salir del Olimpo y poder explorar el mundo humano. Que a pesar de ser corriente, a veces podía sorprenderte por la avaricia y estupidez de los humanos.

Me adentre en el bosque, donde no llamaría tanto la atención y tendría más libertad para moverme. Planeaba quedarme hasta el anochecer para ver la luna y las estrellas adueñarse del cielo, después de todo nadie me esperaba de regreso en casa.

Caminaba con sencillez y elegancia a tráves de los árboles, observando cada detalle que aparecía frente a mi, hasta llegar a un lago, donde un par de ciervos bebían agua. Está clase de espectáculos le fascinarían a mi gemela, ella amante de la naturaleza. Sonreí, recordando viejos tiempos de nuestra niñez.

por **Artemisa** Miér Feb 24, 2010 3:54 am

Con el arco en el hombro, iba moviendome con sigilo por el bosque, a quien podía llamar mi segundo hogar. Me sentía tan segura de mi misma en este que todo lo demás llegaba sin esfuerzo, conocía el lugar como la palma de mi mano y amaba aún más toda la vida que alojaba el bosque.

Al divisar un ciervo, tomé el arco y con gracia le apunte, dispuesta a darle una muerte rápida para que el animal no sufriera, pero antes de soltar la flecha percibí una figura a lo lejos. El aroma me atrajo y termine acercandome, mi vestido blanco ondeando con el soplar del viento.

- Hermano. - susurre, deteniendome al otro lado del lago, donde mi hermano observaba la cristalina agua con una paz absoluta, su reflejo visible, sus facciones perfectas. - No esperaba verte aquí, estos lugares no soy muy de tu agrado.

por **Apolo** Miér Feb 24, 2010 4:13 am

Había permanecido en el mismo lugar sin moverme por demasiado tiempo, el tiempo era lo de menos para él. No le preocupaba, ni le preocuparía.
Ante mi, ahora estaba la bella imagen de Artemisa, con sus vestidos blancos, característicos de ella y representantes de su virginidad, de la cual estaba sumamente orgullosa.

Mi semblante tornandose aún más sereno ante ella. - Tienes razón, no es común que yo visite estos lugares, pero de vez en cuando es bueno observar como va la vida humana. - repusé con calma ante su cuestión. - Además de que visitas estos lugares con regularidad, es normal que me interese venir, recuerda que a veces necesitas protección, Artemisa.

Colocando las manos en mi espalda, emprendí el camino al otro lado del lago para poder hablar con tranquilidad. Sabía que las ninfas de mi hermana estarían por ahí, haciendo un buen trabajo escondiendose de la vista de cualquiera.

- Qué tal la caza hasta ahora?

por **Artemisa** Miér Feb 24, 2010 5:23 am

Mis ojos siguieron el trayecto que Apolo tomó para poder acercarse hasta donde yo me encontraba. Como todo Dios, poseía elegancia al moverse y era bastante atractivo, más tenía su temperamento que conocía a la perfección. Mi hermano chocaba demasiado con otros dioses, yo por mi parte trataba de llevar la fiesta en paz con todos, solo Hera no era de mi agrado en lo absoluto.

A pesar de ser la mayor, Apolo era el protector y en el pasado había tenido oportunidad de demostrar que no podía andar sola por donde me diera la gana. Todos esos incidentes estaban bien grabados en mi mente y al final sola los había resolvido.

- Agradezco infinitamente tus intenciones, hermano, pero no es necesario. Mis ninfas están cerca en todo momento y ya no soy una niña. Puedo defenderme a la perfección. - exclamé con todo el respeto que mi hermano merecía.

Agradeciendo el cambio de tema a uno que me emocionaba, lo cual causó que me relajará de inmediato, hasta el punto de sonreír levemente. - Excelente por ahora, mucha variedad. Estaba a punto de reclamar una presa cuando me percate de tu presencia.

por **Apolo** Jue Feb 25, 2010 3:39 am

Era cierto que mi actitud era bastante protectora hacia Artemisa, y no era porque no la creyerá capaz de defenderse sola, si no porque no podía evitarlo. Era mi hermana y era un tesoro para mi, uno de los recuerdos de nuestra adorada madre, a la cual le había prometido que siempre vería por el bienestar de mi hermana.

Artemisa trataba de entender mi posición, pero en el fondo estaba claro que apreciaría mucho más que le tuviera más confianza y libertad. - No lo dudo, querida, no lo dudo ni por un instante. Se que eres capaz de defenderte de quien sea y se que es mejor que nadie trate de meterse contigo, pero sigo siendo tu hermano y me preocupo, no todo el mundo piensa de la manera en la que nosotros lo hacemos. Sabes lo insolentes que son los humanos.

La caza era una parte importante en su vida y la conversación se torno más agradable cuando tomamos ese curso. - Lamento haber interrumpido, si lo deseas puedes seguir con tu camino, no es necesario que me prestes atención.

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